La patronal valora positivamente la decisión de Bruselas de no multar a España, pero destaca que es una advertencia y, por ello, pide al Gobierno español políticas adecuadas para cumplir los objetivos centrados en reducir el gasto y no en aumentar la presión fiscal sobre las empresas

Barcelona, 28 de julio de 2016.Ante el anuncio del Ministerio de Economía, de establecer una tasa mínima en los pagos a cuenta del Impuesto de Sociedades (IS), PIMEC considera que el aumento de la presión fiscal no es una medida para reducir el déficit y que también generará tensiones de efectivo en las empresas, afectará a su gestión financiera y también añadirá complejidad al cálculo del pago a cuenta.

En este contexto, la patronal, que valora positivamente la decisión de Bruselas de no multar a España pero advierte de que es una advertencia, pide al Gobierno central reflexión y medidas concretas para corregir el déficit, con políticas para contener el gasto público y no trasladar el problema a las empresas. Pimec no entiende que tales anuncios se están haciendo mientras el gasto está aumentando en otras áreas como la función pública (más contratación de funcionarios, aumento de salario y devolución de la paga extra).

Si se lleva a cabo la medida, habrá un impacto negativo en la liquidez de las empresas que se vean afectadas por el pago mínimo. Los pagos a cuenta pueden exceder el importe a pagar por el Impuesto Anual y, por lo tanto, se debe solicitar el reembolso. A este respecto, debe tenerse en cuenta que la devolución de un pago a cuenta efecado en abril de 2017 no se recuperaría al menos hasta enero de 2019. Por otro lado, si la medida se establece establemente y dura con el tiempo, sería un aumento de impuestos, ya que la administración tendría pagos adicionales repetidamente.

Pimec entiende que esto no ayuda al normal funcionamiento de la actividad económica. Los aumentos de impuestos, incluidos los temporales, sobre la actividad productiva penalizan la recuperación económica y, por lo tanto, son una mala solución a los problemas de recaudación del gobierno, y que cualquier medida debe ser clara y tener en cuenta la capacidad de los contribuyentes para asumirla. En otras palabras, las medidas para poner fin al fraude y la ingeniería fiscal por parte de las grandes empresas pueden ser un elemento positivo para poner fin a la competencia desleal de estas prácticas sobre las PYME, pero un aumento generalizado de la presión fiscal sólo penalizaría a las empresas que ya cumplen con sus obligaciones.

Fuente: PIMEC